Nobuo Ueda

HASTA EL 5 DE NOVIEMBRE

1949 Nace en Nagasaki

1973 Primera exposición (Galería Takeshita, Nagasaki)

1977 Seleccionado en el Nikiten

1979 Seleccionado en el Nikiten. Seleccionado en la Exposición de Saitana

1980-1988 Se traslada a Granada

1984 Seleccionado para el Concurso Premio Alonso Cano

1987 Segunda exposición (Galería Caja Rural, Granada)

1988 Participa en la exposición organizada por la Embajada Japonesa “Pintores japoneses residentes en España”

1989 Tercera exposición (Galería Gumi no Ie, Nagasaki)

Primer premio en el concurso de la Exposición por el Centenario de Nagasaki

1990 Cuarta exposición (Galería Gumi no Ie, Nagasaki)

Seleccionado en la Exposición de Arte Japón Oeste

Premio Alcalde en la Exposición de Nagasaki

1992 Vuelve a Granada

Exposiciones en: 

Galería Pro-art

Colegio de Abogados

Galería Caja Rural

Centro Artístico

Participa en la Asociación de Acuarelistas de Andalucía

Granada, la ciudad en el tiempo

Detrás de los tonos, los colores y los trazos firmes de los cuadros de Nobuo Ueda late una ciudad cuya belleza escapa a las convenciones rituales con las que los pintores han reflejado, desde los viajeros románticos del siglo XIX, la figura universalmente conocida de la Alhambra. La Granada renacentista, la barroca, la modernista, o las callejuelas que se estrechan en perspectiva ascendente hasta el Albaicín, reivindican también su dignidad de obra humana que merece ser representada con los matices cálidos y emocionados de la pintura de Nobuo Ueda. Existe otra Granada, que se despliega en el tiempo y no es ya solo la ciudad eterna que podemos contemplar desde el mirador de Carvajales o el de San Nicolás, cuando el espíritu se libera y parece volar hacia algún momento de la Historia que quedó allí, en la colina roja para siempre.

En los muros de la Catedral o de la Capilla Real, en la fachada de la Iglesia de San Juan de Dios, en los balcones y las buhardillas del Edificio Colón de la Gran Vía podemos ver la Granada de los últimos quinientos años (los que cumple en 2017 la Capilla Real), que nos asombra y nos admira, conduciéndonos hacia épocas en las que la arquitectura era también expresión de la delicadeza y la sensibilidad de otras artes, cincelando las formas frente al cielo azul y construyendo el espacio que el ser humano necesita para elevarse y soñar. Todo eso está presente en la pintura de Nobuo Ueda, con una minuciosidad y un detalle que parecen imposibles de lograr, recogiendo los elementos que definen a estas obras maestras en las que la ciudad se refleja en el curso del tiempo.

La Pintura ha expresado siempre, de manera tan sintética como eficaz, las grandes realizaciones humanas, como también los horrores de las guerras y el espíritu de los acontecimientos y las etapas de desarrollo de las civilizaciones.  La pintura de Nobuo Ueda, siguiendo esa estela, condensa el espíritu de la arquitectura, quizás mejor de lo que lo puede hacer la propia arquitectura. A través de ella podemos sentir una ciudad de ensueño que traslada a nuestra memoria cada una de las visiones que el pintor nos ofrece en obras en las que las piedras, las esculturas, los arcos o las columnas parecen talladas directamente en el papel a través de la acuarela. Repensar Granada, sus edificios y sus calles, a través de los cuadros de Nobuo Ueda, es recordarla así, como si fuera, más que una forma o un color, un sentimiento. 

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